Pretendo contribuir a precisar, desarrollar y actualizar los
conceptos de administrador y administrador profesional, en atención a la
problemática existente y al hecho de constituir tales conceptos elementos de
suma importancia para aspirantes, estudiosos, docentes, orientadores y
empleadores. Con el mismo fin propongo el perfil del "administrador
profesional competente" en el cual incluyo el papel social
correspondiente.
Existe discrepancia entre los especialistas respecto de lo
que es la administración, y esto afecta directamente el concepto de
administrador. Los autores en administración consideran de poca importancia el
asunto; sin embargo el concepto de administrador es punto de partida de una
amplia problemática existente que afecta la formación de los estudiosos, reduce
las posibilidades de empleo y posicionamiento adecuado. A los administradores
profesionales se les prepara realmente como técnicos y no así como
profesionales; en el mejor de los casos se les capacita "para
administrar", pero no para renovar, ampliar y profundizar en el
conocimiento administrativo, ni para generar innovaciones respecto a su campo de
estudio y trabajo.
Todo esto pone en entredicho el papel de las instituciones
educativas al respecto. De ahí la necesidad de dedicar parte del presente
escrito al deslinde de la formación profesional en relación del nivel técnico.
Este artículo se ocupa principalmente del administrador de empresas y sólo
tangencialmente del administrador público; se ubica en el México contemporáneo,
en el contexto internacional e histórico, en el sistema económico basado en la
propiedad privada.
Introducción
Objetivos generales. Pretendo contribuir a precisar,
desarrollar y actualizar los conceptos de administrador y administrador
profesional, en atención a la problemática existente y al hecho de constituir
tales conceptos elementos de suma importancia para aspirantes, estudiosos,
docentes, orientadores y empleadores. Con el mismo fin propongo el perfil del
"administrador profesional competente" en el cual incluyo el papel
social de este especialista.
Problema. Existe discrepancia entre los especialistas
respecto de lo que es la administración1 y esto afecta directamente el concepto
de administrador. Los autores en administración consideran de poca importancia
el asunto; sin embargo el concepto de administrador es indispensable para
elegir carrera, prestar orientación profesional, elaborar planes de estudio,
desarrollar el proceso de enseñanza aprendizaje, contratar administradores,
identificar los asuntos que compete resolver a la profesión, desarrollar el
conocimiento administrativo y favorecer la independencia científico técnica
nacional en el presente ramo del conocimiento.
La falta de un adecuado concepto de administrador, entonces,
es punto de partida de una amplia problemática existente: confusión en las
expectativas de estudiosos y empleadores, descuido de temas cuyo conocimiento
compete a la especialidad, precario desarrollo y prestigio de la profesión. Lo
anterior afecta la formación de los estudiosos, reduce las posibilidades de
empleo y posicionamiento adecuado, lo cual se refleja en que los administradores
profesionales no administran; prueba de esto es que en la administración
pública han predominado los abogados e ingenieros, y más recientemente los
economistas; y que las empresas son administradas mayoritariamente por
ingenieros.
Pareciera que para conducir la administración pública es
preferible estudiar Derecho o Economía, y para administrar empresas conviene
cursar Ingeniería. Naturalmente las posiciones directivas no están reservadas a
profesión alguna; sin embargo lo que se observa es sintomático de que los
administradores profesionales no están siendo formados adecuadamente y están en
desventaja respecto de otras especialidades. En general, se les prepara
realmente como técnicos y no así como profesionales; en el mejor de los casos
se les capacita "para administrar", pero no para renovar, ampliar y
profundizar en el conocimiento administrativo, ni para generar innovaciones
respecto a su campo de estudio y trabajo.
Esto se refleja en el hecho de que la literatura en
administración es obra de otros especialistas, tales como ingenieros,
psicólogos, economistas, sociólogos, etc., y no así de administradores. Todo
esto pone en entredicho el papel de las instituciones educativas al respecto.
De ahí la necesidad de dedicar parte del presente escrito al deslinde de la
formación profesional respecto del nivel técnico.
En resumen: existe una amplia problemática en torno a la
formación de profesionales de la administración y el punto de partida para
resolverla es desarrollar el concepto de administrador profesional, promover su
discusión y consenso.
Hipótesis: Los supuestos en que se apoya el presente escrito
son los siguientes:
1º. Es posible y conveniente desarrollar directamente el
concepto de administrador.
2º. Es posible y conveniente utilizar como base de dicho
concepto el significado de uso generalizado, vigente y reconocido del término,
lingüísticamente hablando.
3º. Es posible y conveniente desarrollar el concepto a partir
de la realidad del administrador en las organizaciones actuales.
4º. Es posible y conveniente prescindir en un primer momento
de los conceptos de administración de los especialistas e incluso de las
teorías administrativas. Posteriormente resultará útil y enriquecedora la
confrontación, pero al principio suele provocar confusión.
De limitación. Este artículo se ocupa principalmente del
administrador de empresas y sólo tangencialmente del administrador público; se
ubica en el México contemporáneo, en el contexto internacional e histórico, en
el sistema económico basado en la propiedad privada. La utilidad de la
definición del administrador es de carácter epistemológico: tiene que ver con
la formación del estudioso del caso, la generación de nuevos conocimientos, la
validación y actualización de los existentes; con las necesidades de investigación,
docencia y desarrollo del conocimiento administrativo. No tiene que ver con el
problema de cómo administrar o con la explicación del fenómeno de la
administración.
En consecuencia la validación de la propuesta que presento se
remite a la eficacia en cuanto a clarificar lo que es un administrador
profesional; esto es lo que se sujetará a evaluación con el análisis y
discusión pública del artículo, pero mejor aún con su empleo y resultados en el
campo al que está destinado, cosa que impone ulteriores investigaciones.
Marco de referencia. Enmarcan el presente artículo
fundamentos de orden epistemológico, principios acerca de la formulación de
conceptos y definiciones, y la norma insoslayable de respeto al lenguaje, como
requisito para la adecuada comunicación. Las observaciones del autor se remiten
al ejercicio docente y profesional, en el sector público y privado, en México,
durante los últimos veinticinco años.
Metodología. Empleo la teoría del conocimiento de orden
materialista dialéctico, reconociendo la preeminencia de la práctica y su
interacción con la teoría, en un todo indivisible, cambiante y en consecuencia
vinculado a la realidad, económica, social e histórica. De ahí que el lenguaje
vigente y la práctica del administrador en el sistema económico de mercado, en
el marco del actual proceso de globalización, así como las contradicciones en
torno a la formación de los administradores profesionales, sean la base del
presente análisis.
Objetivos Específicos. El presente artículo tiene los siguientes
propósitos específicos:
1). Ser guía de orientación para aspirantes y estudiosos de
la administración, que informe la problemática vigente en cuanto a la
definición del administrador, sin dar por resuelto el tema como suele suceder.
2). Llamar la atención respecto de la necesidad de precisar
qué es un "administrador profesional competente". Proporcionar
elementos para la discusión del caso entre los estudiosos.
4). Promover un consenso que favorezca, en lo que a la
definición del administrador concierne, la adecuada revisión de los planes de
estudio de las licenciaturas en Administración.
Plan del documento. El desarrollo del documento se da a
través de los siguientes pasos:
a). Exposición de qué es un administrador, conforme al
lenguaje usual vigente.
b). Diferenciación entre administrador y conceptos análogos.
c). Diferenciación del administrador profesional respecto del
empírico y el técnico.
d) Conclusiones: Desarrollo del perfil del administrador
profesional competente, en
términos de lo expuesto y de las características deseables,
idealmente, desde el punto de vista académico, laboral y social. e). Comentario
final: necesidad y posibilidades de especialización.